Manejando por circuito interior rumbo al Centro de Investigacion en Computación al norte de la ciudad (D.F.) observo como, en una entrada de la lateral hacia el interior de la avenida, el inclemente trafico no deja incorporarse a una señora. Entonces fue mi turno de cederle el paso y como buen ciudadano ;-) lo hago... Cual va siendo mi sorpresa al ver que ella misma, mas adelante, no le cedio el paso a un señor que necesitaba cambiarse de carril para tomar la salida hacia la calzada Misterios.
Al parecer fue mas facil acordarse (y vengarse) de todos los que no la dejaron incorporarse y no de que alguien finalmente le cedio el lugar.
Y luego... ¿Porque estamos como estamos?
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